De
todos es sabido el paquete de medidas agresivas que venimos
padeciendo en los últimos años. Todos sabemos sus nefastas
consecuencias, y además sabemos que no van a parar. No van a parar,
sencillamente, porque el sistema necesita un proceso de reciclaje de
su sistema económico para conseguir la santísima trinidad de la
sociedad ideal capitalista: el obrero-consumidor-esclavo: el obrero
que trabaje más por menos, que consuma sin cesar más de lo que gana
endeudándose eternamente, y que acepta cualquier condición laboral
para aguantar el ciclón capitalista. Los sindicatos del sistema
(CCOO, UGT, CGT, y cualquiera que reciba subvenciones y participe en
elecciones sindicales, sin excepción) convocan desde sus despachos y
a calendario cerrado lo que ellos llaman una huelga general. De la
misma manera que en la transición española la izquierda
institucional del PSOE, PCE y el resto de mesías obreristas
prometieron salvarnos a todos, y en lugar de ello todos sabemos lo
que pasó, acabaron hasta las cejas de subvenciones, liberados y, en
definitiva, se enriquecieron. Esta nueva izquierdapromete sacarnos de
la crisis para realmente sacar ellos nuevamente sus perpetuos
privilegios, que ahora temen perder. Sus únicos intereses son hacer
ver que luchan por nosotros, cuando al final lo que harán será
pactar, hacer lo que desde arriba les manden, para luego ver a Toxo o
a Méndez cenando de cinco tenedores con empresarios y banqueros a
cargo del contribuyente. Para nosotros la lucha no debe ir encaminada
a el retorno a la normalidad. Este vaivén de la crisis a la no
crisis, de la dictadura a la democracia... no nos lo creemos. Al
final los que mandan siempre son los mismos, y nos referimos a los
mismos o a sus hijos. Lo que ellos llaman normalidad es para nosotros
una auténtica anormalidad: es el mismo sistema de explotación que
solo va cambiando de color (o de partido). La “normalidad”
volverá, se volverá a crear empleo, pero mucho más precario. Los
bancos volverán a dar préstamos, pero que nos esclavizarán aún
más. Volveremos a poder tener el abono de nuestro club de fútbol,
para seguir obedientes. Habrá un cambio de sistema, ellos mismos lo
propiciarán, porque este “nuevo” sistema, con su nuevo corpus de
leyes, de reformas laborales, de remiendos al capitalismo, aunque se
nos venderá como social, como una salida del túnel, les beneficiará
a los poderosos aún más, como les benefició la propia transición,
pues sabemos que al fin y al cabo, en dictadura o en democracia, son
los mismos de siempre pero más ricos.
Desde
CNT-AIT ofrecemos la alternativa de la acción directa, de la
solidaridad y del apoyo mutuo. La lucha sin cuartel encaminada a
acabar con esta máquina de opresión que ya está durando demasiado
y que es el Estado y el Capital. Para ello no debemos jamás delegar
nuestra lucha a los despachos, no confiamos en aquel que hace dinero
de sus supuestos ideales. No necesitamos líderes de ningún tipo,
somos trabajadores, los que movemos el mundo, lo producimos todo, y
por tanto nadie ajeno a esto va a decirnos lo que tenemos que hacer,
somos lo suficientemente capaces de controlar nuestra vida, igual que
hacemos carreteras, edificios, diques, educamos, sanamos y en
definitiva sacamos adelante todos los campos de la vida.
¡ROMPED
EL DECORADO! Luchemos por otro mundo Para nosotros la Huelga General
es la herramienta de lucha más valiosa de los y las trabajadoras. Es
un ejemplo de que sin nosotros, los poderosos no valen nada. Somos la
fuerza productora del mundo, y por lo tanto tenemos el poder para
cambiarlo. La CNT-AIT irá a la huelga, animamos a todos los
trabajadores, en activo, en paro o en formación, a que nos tomemos
este día como lo que debe ser, un día de lucha, y que no acabe
aquí, tratemos de extenderla, de llevarla hasta el final, hasta
vencer.
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